Lavandas del Limay, el emprendimiento con la estepa como escenario

A orillas del Limay, a unos 35 kilómetros de Bariloche, un campo con cuatro mil plantas de lavandas le cambia el color a la estepa. El proyecto familiar tiene varios años y con el paso del tiempo se fueron consolidando y ampliando las propuestas.

Lavandas del Limay surgió allá por 2014. Cristian todavía recuerda cuando era niño y en Circuito Chico había un campo de lavandas que visitaban asiduamente en familia. Quizás, algo de todo eso quedó guardado en la memoria y años después, se transformó en una apuesta, un proyecto, un emprendimiento.

“Arrancamos con cincuenta plantas y año a año, fuimos agregando más en número y variedad”, contó este joven en diálogo con Económicas Bariloche. El referente del proyecto, relató que hace unos siete años, el gobierno provincial sacó un programa a través del cual apoyaba a proyectos de agroindustria.



Así fue como consiguieron el predio de una hectárea y media en la que comenzaron a trabajar. Nada conocían sobre lavandas. Nada más allá de lo que recordaban de esos paseos por Circuito Chico muchos años atrás.

Sin embargo, la falta de conocimiento no fue freno para la familia Signorelli. Comenzaron a capacitarse, a aprender, a hacer prueba y error. Además del campo de lavandas, en el cual recolectaban las flores y luego vendían en ramos o por kilo, también aprendieron a elaborar aceites esenciales, una línea de cosmética natural, hidrolato, entre otros productos.



Además,Lavandas del Limay es una atracción importante en Villa Llanquin. Cada fin de semana, llegan al lugar visitantes que recorren el campo apreciando los colores y aromas que se desprenden de estas plantas.

“¿Por qué lavandas?”, le consultamos y Cristian sostuvo que es una planta noble, ideal para la estepa, que no precisa mucha agua y resiste el sol sin problemas. “Nos parece una planta hermosa”, agregó el joven que, desde hace tres años, se instaló definitivamente en el paraje.

Además, destacó, “no hay muchos emprendimientos de este tipo”. Por esto, “nos estamos especializando en el tema y sus características” para poder ampliar sus horizontes. “Arrancamos despacito, no estábamos vinculados ni siquiera a la industria de plantación de nada. El lugar le decían el pedrerío. Por eso hicimos una pirca alrededor de la plantación”, contó Cristian.



La lavanda tiene, además de su belleza, un sinfín de propiedades que se pueden aplicar a la salud física, estética y emocional, pero además también se la utiliza como ingrediente y condimento en la cocina. “Intentamos agregarle valor al cultivo básico de lavanda: se puede comercializar la flor y el aceite esencial que es como el alma de la planta, están todas las propiedades concentradas en una gotita”, indicó.

Para la familia Signorelli, el éxito del emprendimiento fue toda una sorpresa. “No pensábamos que podía tener tanto potencial esta planta”, afirmó Cristian desde Villa Llanquin.

Los productos que comercializan los venden a través de internet, en la tienda Nube, y también en el lugar para aquellos que vayan a pasear los fines de semana y quieran disfrutar de un escenario distinto: estepa, el río limay y montañas de fondo son el marco de este campo lleno de lavandas. La entrada no tiene costo y el horario es de 11 a 18. Además del predio, se puede acceder a una sala donde cuentan más sobre la producción elaborada a partir de la flor.

“Vemos en el futuro una casa de té, un lugar donde la gente pueda venir a pasear y a aprender y que puedan pasar una tarde distinta, excelente, salir del circuito clásico de la ciudad y sus paseos más tradicionales”, relató.



En este sentido, Cristian agregó que “ofrecemos a nuestros visitantes, infusiones de té y limonada de lavanda, como una manera de introducirlos en el sabor de esta planta”. El sueño de la familia, es que, en el futuro, cuando tengan su propia casa de té, puedan innovar con sabores y ofrecer propuestas renovadas tanto para turistas como para residentes de la región.

“En Villa Llanquin hay mucho para hacer, escalada, caminatas, cabalgatas. Cada vez se diversifica más la oferta y los vecinos de acá tienen mucho para ofrecer. Hay campings, hostels, casas para alquilar”, remarcó.



Lavandas del Limay resultó, además, ser uno de los emprendimientos seleccionados para la final del programa Emprendedores de Río Negro del Banco Patagonia y la Fundación Nobleza Obliga. Es la segunda vez que se presentan, “creo que en la primera ocasión nos faltaba mucho para desarrollar todavía, pero aprendimos muchísimo”, destacó.

“Estamos más que felices de haber llegado a esta instancia, ganemos o no, aprovechamos muchísimo cada curso, cada capacitación, creo que sirve mucho para crecer y aprender”, finalizó. (Económicas Bariloche)