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Turismo estudiantil: uno de los más estables generadores de empleo en el sector

domingo 11 de abril de 2021
Turismo estudiantil: uno de los más estables generadores de empleo en el sector
egresados travel
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Los viajes de egresados son, pese a los preconceptos, una fuente importante de empleo y de ingresos para Bariloche. Ante las nuevas medidas restrictivas por el Covid-19 a nivel nacional, es un buen momento para parar la pelota y pensar por qué vale la pena cuidarse para que el turismo estudiantil pueda volver.

La reciente suspensión de los viajes de egresados tendrá un impacto directo sobre cientos de trabajadores de Bariloche. El hilo volvió a cortarse por lo más delgado: las empresas ya vendieron sus paquetes -y los cobraron-, pero ese dinero no llega a los bolsillos de los trabajadores locales si el viaje no se realiza, y será vital que el Gobierno Nacional prevea algún tipo de asistencia económica a los empleados del sector.

¿Por qué esta suspensión impactará a tantos trabajadores de Bariloche? Los números son claros: de acuerdo a las estadísticas oficiales, alrededor de 120.000 egresados visitaban Bariloche por año antes de la pandemia. Esto representaba alrededor del 30% de los turistas que la ciudad recibe anualmente. Y a pesar de ese viejo adagio de que “el turismo estudiantil no deja plata en Bariloche”, lo cierto es que es uno de los estratos que genera fuentes de trabajo más sostenidas a lo largo del año, entre hoteles, gastronomía, chocolaterías, discos, compañías de excursiones, turismo aventura y otros sectores de servicios y comerciales.

Desde la década del ‘70, en Argentina hay una tradición casi ineludible al terminar 5º año: venir de viaje de egresados a Bariloche. Hay otros destinos, y en los últimos años incluso han surgido los viajes al exterior, pero para la mayoría no hay como Bariloche. Muchos de los adolescentes que hoy sueñan con venir tienen frescas las anécdotas de viaje de sus propios padres. Muchos de quienes vienen a la ciudad con sus familias lo hacen para “volver” al lugar a donde vinieron como estudiantes y reconocerlo con otros ojos.

Es un rubro que ha traído diversas polémicas a lo largo de los años, y es natural que así sea: el segmento adolescente no es para cualquiera, y requiere de cuidados e incluso de normativa específica para canalizar ese entusiasmo imparable de los jóvenes que terminan la escuela secundaria habiendo soñado años con “ese” viaje.

Estos cuidados se profundizaron aún más en tiempos de Covid: al desarrollar los protocolos sanitarios para el regreso del turismo, la Nación, la Provincia y el Municipio especificaron condiciones especiales para el turismo estudiantil. Así y todo, tras la reactivación del sector y con la venida de más de 10.000 estudiantes en todo este período, la incidencia de contagios no ha sido mayor que en los demás estratos turísticos, ni tampoco mayor a otras actividades productivas que se reiniciaron con el pasaje de ASPO a DISPO en 2020.

Con los recientes anuncios del Gobierno Nacional respecto de nuevas restricciones de circulación ante una nueva ola de contagios, y con la suspensión temporaria del turismo estudiantil en todo el país, la pausa sirve para reflexionar sobre lo que los viajes de egresados generan en Bariloche, y los argumentos no son emocionales sino estadísticos: el turismo estudiantil es una fuente generadora de trabajo estratégica para nuestra comunidad.

Viajes de egresados y empleo local

La mayor parte del turismo estudiantil se canaliza a través de agencias y compañías que no están radicadas en San Carlos de Bariloche, eso es innegable. Pero así y todo, traccionan toda una economía de comercio y servicios que es fundamental en el circuito productivo de la ciudad.

La Encuesta de Coyuntura Hotelera -que se viene realizando sin pausa desde 2006 desde las áreas de Turismo y de Estadística del Municipio- da un panorama que es necesario tener en cuenta a la hora de pensar en el desarrollo económico de Bariloche.

Este segmento, que trae el 30% del turismo anual que recibe la ciudad, es además uno de los estratos más estables durante temporadas altas, medias y bajas. Una gran mayoría de los estudiantes elige viajar a Bariloche en invierno para disfrutar de la nieve (en temporada alta invernal el 44,6% de los turistas son egresados), pero en la temporada baja de primavera ese porcentaje se sostiene: un 45,1%, lo que significa que el turismo estudiantil sostiene una gran parte de la temporada baja primaveral en la ciudad.

De acuerdo a la misma Encuesta, los hoteles estudiantiles tienen en promedio la tasa de ocupación más alta a lo largo del año, con un 75%, seguido en un lejano segundo lugar por los alojamientos de 1 y 2 estrellas con un 55%, y con el resto de los estratos por debajo del 50%.

También en promedio, sólo los hoteles estudiantiles emplean a un promedio de casi 600 personas por año, de las cuales una buena parte, casi el 60%, es personal asalariado permanente, y alrededor del 40% es temporario. Y en 2020, el año más difícil del que se tenga recuerdo en el sector turístico, tras la reactivación el sector de alojamiento estudiantil empleó a casi 800 personas, muy por encima del promedio de los últimos 14 años.

Y hay que tener en cuenta que la cantidad de personal local que emplean en promedio anual los hoteles estudiantiles equivale a la suma de los empleados de hostels, albergues, hoteles sindicales y hoteles y hosterías de 1 y 2 estrellas.

El turismo de viajes de egresados es además una apuesta a futuro: el 84,7% de los estudiantes manifiesta que volverían a Bariloche de vacaciones en otro momento de su vida. Se genera con el destino una conexión difícil de romper y que, a fuerza de momentos vividos y recuerdos, impulsa a volver a visitar la ciudad: con los amigos de la facultad, con la pareja, con los hijos, incluso con los viejos compañeros de escuela, en un viaje de aniversario de esos que cada vez son más frecuentes.

Hay muchas razones para cuidarse ante la “segunda ola” de Covid-19, y parte de esas razones está vinculada a mantener viva y activa a una ciudad que necesita trabajar. El turismo estudiantil, queda claro, suma un argumento más: si Bariloche se cuida, si la pandemia se supera, si el turismo vuelve a sus estándares y cifras usuales, incluyendo a los viajes de egresados, el sector trabajador se beneficia de manera directa, con más empleo genuino local.

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