Un emprendimiento local que nació en pandemia y busca llegar a todo el país

La pandemia fue el puntapié para que muchos emprendimientos se reinventaran y otros nacieran. Quizás, lo que ocurrió con Fast Good fue un poco y un poco. Es que Gabriel y su familia trabajaban hace años vinculados al turismo con un rent a car, pero en marzo de 2020, cuando comenzó a correr el rumor de un posible cierre de actividades debido al virus del que todavía, poco conocíamos, su situación también cambió.

“Recibimos el último auto y empezamos a cancelar las reservas. Primero esperamos, pero en abril yo ya caminaba por las paredes y ahí empezamos a pensar cómo transformarnos”, contó a Económicas Bariloche, Gabriel Trujillo.

Si bien la idea había nacido en 2018, en plena pandemia dieron una vuelta de rosca. El objetivo siempre estuvo vinculado a comida saludable, aunque no pensaron que tendría la magnitud que adquirió finalmente.

Una hija vegetariana, una pandemia que los imposibilitaba a trabajar y las ganas de seguir siempre emprendiendo cosas nuevas, hicieron que comenzaran a averiguar para la elaboración de medallones saludables, ricos y como hechos en casa.

“A través de una chef, logramos una receta que llevó meses de pruebas e intentos para mejorar. Todo fue un proceso en el que le fuimos dando forma al proyecto”, señaló Gabriel e indicó que en el camino, hicieron pruebas bromatológicas para poder vender algo totalmente apto y habilitado.

En el transcurso, averiguaron qué maquinaria comprar, pero surgió el primer escollo: la mayoría se hacía afuera y con el cierre de fronteras, se complicaba la ecuación. Buscando, encontraron una fábrica que realizaba máquinas en el país, aunque también lograr que lleguen a la ciudad fue todo un trabajo.

“Queríamos mantener el estilo y sabor artesanal y casero pero con la posibilidad de elaborar en cantidad para, eventualmente, llegar a todo el país”, señaló el hombre. En el camino también, encontraron el lugar donde instalar la fábrica de producción, pero se toparon con otro problema: la instalación de gas que tenía, era ilegal. “Eso nos llevó cinco meses con la producción paralizada”, recordó.

Tenían todo: la receta ideal, la habilitación, la aprobación de bromatología y las máquinas que aseguraban producción casera a gran escala, pero llevó meses de reclamos, idas y vueltas hasta que se solucionó el conflicto. “Eso nos puso de rodillas, pero en julio de 2021 levantamos cabeza y empezamos a producir”, señaló.

Finalmente, salieron a la venta.  Medallones de verduras y legumbres sin aditivos, ni conservantes ni colorantes. Comida real. Sabores reales. “Sigue siendo lo mismo que haría uno en casa, hidratando las legumbres, preparando las verduras…”, remarcó.

“En los últimos 75 días, abrimos distribuidores mayoristas en el Valle, Comodoro Rivadavia, Esquel, San Martín de los Andes y en el sur de Buenos Aires”, contó con satisfacción Gabriel. Es que el trabajo intenso que realizaron durante los dos últimos años, crece y da sus frutos.

El producto que elaboran es totalmente natural, libre de soja, sin TAAC y sin conservantes. “Con la ley de etiquetado frontal, por ejemplo, nuestros paquetes no tendrían ningún octógono porque es todo 100% natural”, remarcó el hombre.

Además, el objetivo es ser lo más amigables con el ambiente posible. La maquinaria instalada en la fábrica reutiliza agua, las cáscaras de los vegetales son destinadas a compost y se compran ingredientes nobles, que sean beneficiosos para la salud.

“El objetivo ahora es poner un piecito en CABA, seguir creciendo y llegar a todo el país”, expresó Gabriel y agregó “la gente busca incorporar hábitos más saludables, mejorar su salud y su alimentación y nosotros queremos apostar por eso”, finalizó. (Económicas Bariloche)