Neu Café abrió sus puertas: un rinconcito de montaña en pleno centro

Durante unos 15 años el local ubicado en Neumeyer 90 permaneció cerrado, pero este lunes, recobró vida con la inauguración de Neu café de montaña. Flores, colores y un ambiente bien barilochense, invitan a pasar, disfrutar de una infusión, pastelería como la hacía la abuela y la calidez de un lugar en el que pusieron amor, esfuerzo y dedicación.

“Vengo de una familia de gastronómicos, mi abuelo tuvo restaurantes históricos como La Tirolesa o La Andinita”, contó Natalia Fernández en diálogo con Económicas Bariloche y añadió que durante toda su vida estuvo vinculada a la cocina, la gastronomía y la atención al público.

Desde hace años, Natalia maneja un desayunador en un complejo de alojamiento turístico y ya tenía en sus planes abrir un café con un estilo montañés bien definido, pero, los planes se truncaron por la pandemia. “Teníamos todo listo y cuando estábamos a punto de firmar el contrato en un lugar en la zona del oeste, empezó la cuarentena”, recordó.



Los primeros días del aislamiento estricto y obligatorio hicieron estragos en los ahorros e inversiones de Natalia y su familia. “Teníamos todo comprado para Semana Santa, comida, ingredientes…”, relató. Para evitar que se perdieran los alimentos, los donaron a organizaciones sociales.

“A partir de ahí, tenía dos opciones: vender todo lo que tenía por precios irrisorios solo para tener algún ingreso o tirarme al vacío por completo y jugármela por el proyecto que soñaba”, señaló. Claramente, la inauguración de Neu habla por sí sola de la opción que eligió.

El proyecto estaba hace años en la mente de esta barilochense, e incluso, los posibles lugares. “Uno era el espacio donde mi abuelo tenía el restaurante La Tirolesa, ubicado al lado de la YPF de Morales, pero bueno, lo demolieron”, relató. El otro, un lugar que la llevaba a su infancia, donde supo funcionar una tienda de esquí y ropa de invierno donde la equipaban sus padres. Este espacio, ubicado en Neumeyer al 90 se encontraba deshabitado y en desuso hace mucho.

“El 29 de abril falleció mi abuela por Covid-19. Cuando salí de la clínica, después de despedirme de ella, venía caminando por acá y acababan de poner el cartel de alquiler. Para mí fue claramente un regalo, una señal”, dijo con los ojos brillantes por la emoción de recordar a María Teresa Miguel.



Natalia no lo dudó. Alquiló el lugar en el que empezaría su sueño. “Cuando entramos, casi me arrepentí. Estaba totalmente abandonado, había mucho por hacer”, contó. Sin embargo, esto no los amedrentó y se pusieron manos a la obra.

Junto a su esposo Pablo, ingeniero y dueño de una empresa local de ingeniería de montaña, comenzaron con los trabajos que implicaron una remodelación total, pero que hoy dieron sus frutos con un lugar totalmente embellecido y en el que se nota que cada detalle está pensado.

“Queríamos hacer un café de montaña, pero no como lo que ya hay que está pensado para el esquiador o turista, sino para aquellos que trabajan allí, los constructores; poner en valor al trabajador de montaña”, sostuvo.

“Neu” tiene dos significados: uno es por la abreviación de la calle en la que se ubica pero además, en alemán y catalán, significa “nuevo” y eso es lo que claramente se ve. Es un lugar renovado, en el que hicieron a nuevo hasta la vereda, “porque si bien no era nuestra obligación, nos parecía una falta de respeto que el peatón tenga que transitar por un lugar en mal estado”, apuntó la mujer.



Una hermosa escalera de hierro, flores, un color azul que lo hace sobresalir entre las construcciones aledañas, son detalles que llaman a conocer su interior. Una vez en el salón,  hay un colorido mural que fue pintado por la artista Rocío Fernández, en el que se retrata un zorro, un ciervo y un conejo. “Nos falta el cóndor que ya encontrará su lugar, pero queríamos reflejar los animales de la zona, identificarlos con cada estación del año”, señaló Natalia.

“Queríamos hacer un espacio distinto, donde la gente pueda disfrutar de la pastelería como la hacían nuestras abuelas, no las perfectas de tipo gourmet, sino las rústicas, clásicas, con sabores locales”, sostuvo.

Todo lo que ofrecen en Neu, es casero. Los panes de los sándwiches, la pastelería, deliciosos croissants, galletas, tartas y la lista sigue. “Es un emprendimiento familiar”, agregó Natalia y contó también que mucho de lo que hay en el lugar en cuanto a decoración, algunos productos veganos que ofrecen, tazas, mates o tejidos, son producidos por mujeres emprendedoras de la ciudad, “porque me gusta poner en valor el trabajo femenino”, destacó.



Neu (Perfil de Instagram en este link) abre de lunes a viernes de 7 a 19. “Abrimos muy tempranito porque no hay muchas opciones a esa hora para el barilochense que va a trabajar temprano y quiere tomar un café con algo rico”, señaló. Los sábados, abren de 9 a 19 y los domingos está cerrado.

Los sábados y feriados en Neu se puede disfrutar de un servicio de té, compuesto por una degustación de distintos sabores y variedades caseras, pero únicamente con reserva previa. Además, durante la noche también se puede reservar el lugar para eventos privados.

“Fueron días de emociones a flor de piel, ayer no paré de llorar en todo el día, de alegría y satisfacción. Hubo mucho apoyo e incluso apenas abrimos ya vinieron un montón de personas a conocer. Estamos muy contentos y expectantes”, finalizó. (Económicas Bariloche)