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No hay crisis que frene a Lowther: inauguró fábrica y va por un nuevo local gastronómico en Dina Huapi

lunes 19 de abril de 2021
No hay crisis que frene a Lowther: inauguró fábrica y va por un nuevo local gastronómico en Dina Huapi
El Gringo Lowther en la fábrica de Dina Huapi.
El Gringo Lowther en la fábrica de Dina Huapi.

La fábrica de cerveza artesanal Lowther nació el 4 de junio de 2011, el mismo día de la erupción del volcán Puyehue Cordon Caulle.

Luego de proveer a locales gastronómicos de Bariloche y la región patagónica, cuesta arriba con las devaluaciones, la inflación y la inestabilidad económica, en 2014 abrieron el bar de Mitre y Diagonal Capraro. En 2016 empezaron a proyectar y construir una planta en Dina Huapi.

Entonces llegó la pandemia y el freno de la producción y ventas. Pero no importó, siguieron adelante y en noviembre, en la completa incertidumbre de lo que vendría, mudaron la fábrica desde el La Colina a la planta de Dina Huapi y empezaron a producir allí.

Para adelante no se sabe lo que pasará, pero sí lo que hará Lowther sin importar lo que venga: el próximo paso será el enlatado y embotellado de cerveza de la marca para el mercado cordillerano de Río Negro, Neuquén y Chubut, y la apertura de un bar en la misma fábrica, emplazada en un terreno fabuloso entre la ruta y el lago, en un contexto agroturístico muy atractivo.

La familia Lowther lo hizo, comenzando a fabricar como todos los cerveceros en su casa, con ollas de la cocina, ganas y amor por el producto. Paso a paso, sin grandes inversiones iniciales. Con trabajo y esfuerzo, voluntad para no bajar los brazos.

“Vamos de a poco. La cosa está difícil, pero tenemos esperanza”, expresó el Gringo (Ricardo) Lowther, con una frase que lo representa ahora pero también hace 10 años cuando armó la fábrica, antes cuando producía en su casa y repartía con una camionetita gris que todavía anda por ahí, o cuando durante 28 años mantuvo un comercio de servicios de audio para vehículos. Siempre con su familia.

“Nos pasó de todo, este país es maravilloso”, resume con humor.

Fábrica nueva

La nueva fábrica está en Calafate 281, Dina Huapi. Se mudó allí el 23 de noviembre de 2020.



“Estuvimos 9 años en La Colina, en un lugar chiquito y complicado. Este fue un sueño y acá estamos. Acá elaboramos la cerveza para nuestro bar y también para otros bares de Bariloche y la zona. Ahora trabajamos en la puesta a punto del envasado en latas y botellas, y en un mes o un mes y medio estaremos saliendo con eso”, resumió.

La pandemia los agarró con la fábrica en construcción avanzada, pero faltaba bastante para terminar. “Para junio o julio arrancamos de vuelta, lo teníamos que terminar porque estábamos en la mitad del río, había que hacerlo sí o sí”, recordó.

Se trata de una superficie cubierta de 500 metros cuadrados, en un terreno de dos hectáreas con costa de lago. Este verano colocaron el gran cartel que sorprende desde la ruta y cuando puedan empezarán a parquizar e ir acomodando todo para que la gente pueda ir a tomar cerveza. En tanto reciben muchas visitas con todo tipo de inquietudes.

Estilos

Lowther tiene 12 o 13 estilos en danza durante el año, con 8 estilos ofrecidos a la venta regularmente.

“Hay estilos estacionales, de invierno y de verano. Ahora estamos haciendo una barley wine, más alcohólica y maltosa. En el verano hacemos una cerveza más ligera, más liviana, por el calor”, detalló.

Lowther dijo que en verano tuvieron mucho movimiento, con un “bonus track” en Semana Santa que les permitió asomar la cabeza nuevamente. En la baja siempre decrece la producción y son optimistas de cara al invierno: “yo creo que va a andar bien”, afirmó Lowther.

Recuerdos

El principal establecimiento de Lowther es el bar de calle Mitre y Diagonal Capraro.

“Empezamos hace 10 años a hacer cerveza en mayor escala. Al principio no sabíamos qué estaba primero, si el huevo o la gallina, si apuntar al bar o tratar de invertir más en la fábrica. Nos pareció que para posicionar la marca teníamos que tener un lugar más visible”, reseño.

Alquilaron la casona histórica de 1938 y en un año abrieron la cervecería al público, que fue un éxito desde el primer día. Ya abastecían a un montón de locales de Bariloche, San Martín de los Andes y el sur, y se habían ganado un fiel público consumidor.

“El 4 de junio de 2011 estábamos instalando las primeras ollitas en la fábrica y de repente miramos a la ventana y estaba todo oscuro. Pensábamos que habíamos trabajado mucho, pero no, eran las 4 de la tarde. No nos olvidamos más. Le tendríamos que haber puesto Puyehue a la cerveza. Fue anecdótico pero muy bueno. Y después nos pasó de todo”, recordó.

En dólares, cuesta arriba

Explicó que toda la industria de la cerveza artesanal, menos su comercialización, está a precio dólar. Insumos, equipos, levaduras, lúpulos importados, aceros inoxidables, “todo está en dólares”.

“Los cerveceros nos vimos muy afectados en la rentabilidad por la inestabilidad y las devaluaciones. Y no pudimos seguir vendiendo con los precios siguiendo al dólar, porque sería imposible tomar una pinta. Una pinta en Europa vale 5 euros y en Inglaterra 6 o 7 dólares. Acá no podemos cobrar eso”, selañó.

Indicó que debieron resignar ganancias y tratar de ganar en volumen, aumentaron mucho la producción.

Growlers, botellas y latas

Ante este panorama, agravado por el COVID, surgió para todos la opción de abastecer tiendas de recarga de growlers, y a varios la alternativa del envasado, en botellas pero especialmente en latas.

“La lata nos permite estar más o menos como una cerveza industrial en precio y podemos competir con un producto mucho mejor a un precio accesible. Eso fue ventanita interesante”, agregó el cervecero.

[caption id="attachment_26615" align="aligncenter" width="426"]Lowther junto a la enlatadora de cerveza.                           Lowther junto a la enlatadora de cerveza.[/caption]

El horizonte sigue siendo regional para Lowther, que aún no piensa en el mercado exterior ni una expansión más allá de la Patagonia.

“Fabricando en Bariloche estamos lejos y tenemos un doble flete. Tenemos que traer la botella y luego mandar la cerveza. Con el mercado interno (local y regional) está interesante, hay muchas marcas y competencia, pero es un punto de venta muy bueno”, dijo.

El Gringo ya tiene la mira en el nuevo bar. “Queremos poner el bar acá, que la gente pueda venir, tomar una cerveza y conocer la fábrica. Ahora ven el cartel y se acerca mucha gente. Todos son bienvenidos y cuando puedan venir a hablar de cerveza y degustar nos vendrá muy bien”, expresó. (Económicas Bariloche)

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