La Escondida, una casa de té en el oeste donde disfrutar y relajarse

A pocos metros del lago Moreno, en medio de la calma y la paz que da el entorno natural, abrió sus puertas La Escondida, una hermosa casa de té que fue soñada y proyectada durante años por Natalia y Ricardo, un matrimonio que junto a sus hijas, llegaron a Bariloche hace largos años, para construir su vida lejos del caos de Buenos Aires.

Fiel a su nombre, la casa se encuentra ubicada en el barrio Lago Moreno, en la calle Del Chaparrón 14051. Allí, donde de a poco pudieron construir su propio hogar, hoy también tienen un lugar cálido y acogedor donde disfrutar de una exquisita pastelería totalmente casera.

La Escondida abrió sus puertas hace tres semanas y de a poco busca instalarse como un punto para vecinos, barilochenses y turistas. El paso obligado a la playa por la calle sobre la que está ubicada y ofrece una amplia variedad de productos caseros.

En la variedad está el gusto dice el refrán y en este caso, hay para elegir. El clásico té que se puede acompañar con ckeesecakes, muffins, lemmon pie, budines y otras delicias elaboradas por Natalia o también una cerveza artesanal de Blest con algún sándwich de miga  o las ricas pizzas y empanadas que los fines de semana elabora Ricardo.

El matrimonio nunca había tenido un negocio propio, y de hecho, Natalia trabajó durante muchos años en relación de dependencia hasta que después de estudiar pastelería en Bariloche, decidió arriesgarse por su cuenta. Su marido en cambio, trabaja en un corralón de materiales para la construcción y en los ratos libres, se dedica a la casa de té.

El proceso para llegar a tener el comercio fue largo y arduo. Además de los costos económicos, los infinitos requisitos que suele haber a la hora de habilitar un local, también hicieron que pasaran varios años hasta poder ver su sueño hecho realidad.

De todas maneras, este verano La Escondida ya se volvió parte de la vida de la familia. “Es todo a pulmón, pusimos mucho esfuerzo y es algo totalmente familiar”, relató Natalia en una de las mesas que están instaladas en el patio, rodeadas de verde.

“También contamos con la opción de organizar pequeños eventos a puertas cerradas, para 10 o 12 personas”, indicó Ricardo. Es que el lugar invita a pasar, relajarse y disfrutar de algo rico, en un ambiente cálido e íntimo.

“Hasta ahora la respuesta de los vecinos ha sido muy buena, porque además en el barrio no hay muchas opciones a la hora de salir a comer algo”, indicó Natalia. Un aliciente también, a la hora de llegar al lugar, es la tranquilidad que ofrece el estar alejado no solo del centro, sino también de las arterias principales del oeste como la avenida Bustillo en este caso.

Los precios son más que accesibles y tanto Natalia como Ricardo remarcaron que fue una decisión para poder trabajar constantemente con la gente local, a la que los costos en confiterías céntricas se les encarecen. Así, se puede disfrutar de un rico café con torta por 180 pesos aproximadamente.

Los sábados y domingos además, elaboran una gran variedad de pizzas (muzzarella, margarita, napolitana, jamón y morrones, entre otras) empanadas de carne y canastitas de pollo, choclo, caprese y jamón y queso.

“Todo se puede comer acá o también se prepara para llevar”, señaló Ricardo. El horario de atención en principio es de martes a domingos de 16 a 21, aunque no descartan la posibilidad de abrir todos los días o incluso al mediodía.

La Escondida está presente en las redes sociales, donde a través de las fotografías, tientan a más de una persona con los colores y apariencias de sus preparaciones. En Facebook e Instagram postean novedades y los productos que tienen para ofrecer. (Económicas Bariloche)