El Piso, un café con colores, aromas y sabores que invitan a volver

Un pequeño salón invita a pasar y quedarse. La decoración vintage le aporta la sensación de hogar y sumado a la amabilidad en la atención, terminan por lograr el objetivo pensado por sus dueños: crear un  punto de encuentro.

Eso es el café El Piso, ubicado sobre la avenida San Martín 494 e inaugurado hace una semana, un lugar donde sentirse cómodo, donde dan ganas de pasar un rato y disfrutar de un buen café, donde poder relajarse en compañía de algo rico.



Guillermo y Jonathan son amigos que decidieron además, ser socios. Desde hace un tiempo tenían en mente crear un lugar donde la gastronomía sea la excusa para reunirse y a fines de 2020 dieron con el sitio indicado. “Todos nos dijeron que estábamos locos por empezar un proyecto así en plena pandemia, pero acá estamos”, dicen entre risas.

De fondo, las mesitas y sillas coloridas parecen hacer juego con el llamativo piso, por el que nombraron al local. Baldosas de colores distintos le dan un toque totalmente distintivo al espacio. El aroma a café flota en el aire y los sándwiches y vigilantes son los protagonistas.

“No queremos que sea el clásico lugar donde sale el café con leche así que para darle un toque distinto apostamos por los vigilantes que son deliciosos”, remarca Guillermo. Pero además, aunque recién abrieron, los proyectos de estos amigos no paran con la inauguración de la cafetería.



“En unos días inauguraremos como bar de campo”, contaron. Es que El Piso será a partir de los primeros días de abril, un nuevo espacio donde recordar los antiguos bares en los que se disfrutaba el vermut, un buen Cinzano o Fernet acompañado de una picada con tortas fritas o algún rico pan, milanesas en pequeños trozos, algo “bien argentino, porque queremos mostrar a los turistas nuestra identidad y también ofrecer un espacio distinto para los residentes”, señaló Guillermo.

Jonathan trabaja en gastronomía hace años y Guillermo se dedica al rubro de la tecnología. Ahora, pusieron todas sus energías en crear este espacio con una identidad bien marcada, donde una antigua bicicleta llama la atención, las plantas están colocadas en ollas o pavas de losa, como las que tenían las abuelas en sus casas y hasta hay un tocadiscos en uso: “a la tarde lo usamos y los clientes eligen qué poner”, cuenta Jonathan.

El Piso abre a las 8 y ofrecen el café de El Barco, que garantiza calidad y sabor. Desde muy temprano, turistas y residentes concurren a desayunar y disfrutar un buen café. Además, la pastelería es variada y llama la atención de los paladares dulces.



“Queremos ser y hacer un punto de encuentro entre amigos. Hace una semana abrimos y ya hay gente que ha venido varias veces, así que eso nos pone muy contentos”, mencionaron los hombres.

Por el momento, el horario de atención es hasta las 20 aunque se ampliará en cuanto empiecen a funcionar con la modalidad bar de campo. El objetivo de los socios es que tanto el turista como el residente pueda ir “picar” algo rico y disfrutar entre amigos, crear una comunidad que guste de los buenos momentos en un lugar al que dan ganas de volver. (Económicas Bariloche)